12.10.07


Entre chanclas y botas, sombrillas y paraguas, el otoño juega a no decidirse.

Todo es verde frente a tu ventana, y, sin explicación, una mañana no hay mas que arboles amputados.

Andas soleada por la vida, y vienen las nubes a recordarte que los dolores viejos no quieren irse del todo, que los miedos como las heridas siguen ahi aunque ya no sangren, que una y otra vez debes volver a reaprender la confianza, que una y otra vez debes volver a recordarte que mereces todo el sol que la vida te regala

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