Dejo mojar mis pies descalzos, cuando me llueve el alma.
Camino hacia atrás el camino, dibujando con la yema de los dedos los surcos de las caracolas que llegan a tu ombligo, a mi ombligo.
Dejo un beso en el surco de tus labios, donde nacen las sonrisas.
Coloco cebos para peces invisibles.
Peino unas pocas nubes.
Cuando mis pies estan secos y ha escampado, te miro y sonrio.
El agua crecio más besos en el surco de tus labios.
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